jueves, 11 de agosto de 2016

México 86: la preparación de Diego Maradona con la música de Rocky y su presagio: "Seré la figura del Mundial"

A 30 años México 86 el preparador físico recuerda el entrenamiento de Maradona para ese evento. 

Siempre me llamó la atención la velocidad, la precisión, la suavidad y la fuerza de Diego en ese mundial. Abajo les comparto la nota.

Salud Diego, hasta ahora no te llegan ni a los talones.

El doctorlecter
Sábado 30 de julio de 2016.
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México 86: la preparación de Diego Maradona con la música de Rocky y su presagio: "Seré la figura del Mundial"
Fernando Signorini, el entrenador personal de Maradona, recuerda aquellos meses previos a la obtención de la Copa del Mundo; cómo se trabajó y las vivencias, desde Napoli a México.



Una semana antes del comienzo del Mundial de México 86, los gritos e insultos de Diego Maradona retumbaban en el atardecer por uno de los pasillos del hotel en los que concentraba la selección argentina. Sólo unos segundos antes había salido Fernando Signorini , su preparador físico, de la habitación que el capitán compartía con Pedro Pasculli. Jamás se dio vuelta el profe para observar qué pasaba. Siguió su camino, sonriente, y se esfumó de la vista de Diego.



¿Qué había sucedido? "Yo estaba leyendo un diario mexicano con las declaraciones de los jugadores que eran los favoritos para ser las estrellas del torneo y todos declaraban que se iba a destacar el equipo por sobre las individualidades. Entonces, fui a verlo a Maradona, como era habitual todas las noches y al ingresar en la habitación le hice un guiño a Pasculli, buscando su complicidad, mientras Diego seguía con su lectura, desentendido", comienza el relato Signorini, que comparte la anécdota con LA NACION. Y sigue: "«¿Viste el diario, Pedro? Estos quieren ser figuras, pero son cobardes», dije en voz alta y enseguida Diego saltó de la cama y comenzó a increparme, a decirme qué me pensaba que era. Le contesté que era su mejor oportunidad, que si yo tuviera sus piernas sería facilísimo para mí, y me fui".




El particular entrenamiento tomado del ciclismo que realizó en Italia antes del Mundial
El particular entrenamiento tomado del ciclismo que realizó en Italia antes del Mundial.
La mañana siguiente, Signorini comprobó que todo había tenido el rebote deseado. "La tapa del diario, en letras gigantes, decía: «Maradona abre el fuego: seré yo la figura del Mundial» Me sorprendí tanto con la nota como lo que me reí al verla. Ahí, Diego se había comprometido también para afuera", recuerda el preparador físico. Subraya que "también para afuera" porque interiormente ya tenía un convencimiento absoluto. "Estaba motivado, decidido. Fue una de las pocas veces que lo vi enfocado al mil por ciento en un objetivo. Su única preocupación antes de llegar a México era que en Italia se rumoreaba sobre el embarazo de Cristina Sinagra, pero en ese momento logró abstraerse del tema", profundiza el PF.



La relación y confianza entre Maradona y Signorini permitía bromas como aquella, con finales inciertos. Desde 1984, con el arribo del jugador a Napoli, formaron un tándem que dos años después llegó a la selección, pensando en el campeonato del mundo. "No existía por entonces el preparador físico personal. Fuimos conejitos de india uno del otro", sostiene, y los primeros recuerdos lo llevan a un gimnasio al que asistían varias figuras de diversas actividades. "Cada uno estaba en lo suyo. Era lo que tenía de bueno", explica. El dueño era Eddie Cheever, el piloto estadounidense que debutó en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Argentina de 1978 y ganó las 500 millas de Indianápolis veinte años después.



Luego, comenzaron a cambiar los lugares de entrenamiento. El asedio de la gente con el paso del tiempo obligaba a Maradona a aislarse prácticamente. "Montamos un gimnasio en el sótano de su casa, con luces verdes, negras y amarillas. Diego se ponía la música de [la película] Rocky, se calzaba los guantes y entrenaba en ese clima para motivarse. Estaba enchufado. Proponía ideas para no aburrirse. Y cuando le pegaba a la bolsa, yo le iba nombrando a gente que le tenía bronca en esos tiempos", describe Signorini, risueño. Uno de los nombres repetidos era el de Corrado Ferlaino; por esos tiempos, su disputa con el ex presidente de Napoli comenzaba a hacerse pública. "Era una de las claves la agilidad", puntualiza. Ocasionalmente, el hipódromo de Agnano, uno de los más antiguos de Italia, y la rivera del Lago Patria aparecían como opciones para trabajar al aire libre en la ciudad. "Son zonas amplias y con mucho verde, eran tranquilas por la mañana", recuerda.

Todo eso era parte de un desarrollo específico pensado en llegar en la mejor condición física al Mundial y también había tenido un prólogo, en enero de 1986. "Le prepuse a Diego reunirnos con Enrico Arcelli, del que había leído una nota en una revista porque entrenó a Francesco Moser, un ciclista que fue campeón del mundo cinco veces corriendo en la montaña. Era ideal para aprender a respirar y habituarse a la menor presión de oxígeno que iba a haber en México. Coordinamos para juntarnos en un hotel en Milán, una mañana en la que Napoli jugaba con Inter, y Arcelli llegó con unos colaboradores. Le pregunté tantas cosas que en un momento Maradona se fastidió. «No le preguntes tanto, Ciego (N. de la R.: así le dice Maradona a Signorini), que van a pensar que no sabés nada», me dijo, antes de entender que lo mejor era sacarse cualquier duda", apunta.



Inmediatamente llegó el contacto con Antonio Dal Monte, un médico y piloto motonáutico italiano, responsable del Departamento de Investigación Deportiva del Comité Olímpico Italiano (CONI), que vivía en Roma. "Viajábamos los lunes, luego de la fecha, y allí Diego se hacía todos los exámenes médicos. Dal Monte estaba impresionado. Decía que tenía una reacción al estímulo mayor a los mejores velocistas, un campo visual más amplio, que podía haber sido piloto de prueba de aviones de guerra. Coincidíamos en que por la alta temperatura, el smog y la menor presión de oxígeno iba a tener ventaja en los partidos, que a los rivales les iba a costar seguirlos", repasa Signorini. Napoli dio el permiso para ir y aceptó aliviar a su figura en los entrenamientos fuertes. "Su organismo estaba habituado a la alta competencia, pero necesitaba tiempo para recuperarse luego".

La selección dirigida por Carlos Bilardo fue la primera en llegar a México. Allá, también Maradona siguió trabajando diferente en algunos ejercicios. "Cuando el grupo hacía resistencia de velocidad, Diego no lo hacía constante. Lo suyo era arrancar y frenar. Y así le hizo después el segundo gol a los ingleses".




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