La bella Daisy Duke, protagonista de esta inolvidable serie de televisión, con sus inconfundibles hot pants de jeans, fue el sueño de millones de televidentes.
La inolvidable Daisy Duke, una de las protagonistas de la serie de televisión ochentera “Los Dukes de Hazzard”, con sus inconfundibles pantalones cortos de jeans que dejaban ver sus torneadas piernas, su larga cabellera castaña y un bello rostro donde despuntaban sus ojos verdes y una sugerente sonrisa, fue el sueño erótico de millones de televidentes a principios de la década de los 80’. Es que esa mezcla de sensualidad, simpatía y carisma de la prima de Bo y Luke y sobrina del tío Jesse en “Los Dukes de Hazzard” dejó una huella y marcó toda una época.
La actriz Catherine Bachmann, nacida en Cleveland (Ohio), en 1954, mejor conocida como Catherine Bach, tuvo su debut cinematográfico en la cinta “The Midnight Man” y actuó con el mítico Clint Eastwood en la cinta “Thunderbolt and Lightfoot”, pero el papel que la catapultó a la fama mundial fue el personaje de Daisy Duke en la serie de televisión “Los Dukes de Hazzard”, serie que estuvo al aire en Estados Unidos entre 1979 y 1985, con siete temporadas y 145 capítulos (en nuestro país fue emitida por TVN en las tardes con un gran rating).
Catherine Bach, encarnando a la sexy prima Daisy Duke, con unos pantalones de jeans cortados que luego se hicieron conocidos como “Los Daisy Duke”, deambulaba como una coqueta, pero astuta mesera por “El nido del Jabalí”, el bar del corrupto, pero divertido Boss Hogg, archienemigo de la familia Duke. Y como aparte de ser una hermosa joven, también era una mujer de acción, a bordo de su jeep “Dixie” participaba a veces en las inolvidables persecuciones que protagonizaban sus primos Bo y Luke Duke, los conductores del mítico “General Lee”, el automóvil Dodge Charger Modelo 1969 de color anaranjado con el número 01 pintado en los costados, que tenía las puertas soldadas, y que gracias a su poderoso motor V8 era el auto más veloz del condado de Hazzard. Y también, a veces, valiéndose de su curvilíneo cuerpo, la prima Daisy hacía de agente distractor, luciendo un bikini rojo, estrujando de paso los sueños del ingenuo Enos Strate, el agente de policía de buen corazón que estaba enamorado de ella.
La leyenda cuenta que la idea de poner a la prima Daisy usando unos jeans super-cortos fue de la propia Catherine Bach, sin embargo, los censores de la cadena CBS no querían aceptar esto al principio, pues temían que esta prenda demasiado corta revelara mucho más de lo aceptado en esa época. Sin embargo, ya en la primera temporada esta sugerente vestimenta demostró ser grito y plata (especialmente entre la audiencia masculina), tanto así que las bellas piernas de Catherine Bach fueron aseguradas en un millón de dólares. El personaje, al cabo, sería igual de popular que el de los otros de la serie (sus primos Bo y Luke Duke, el tío Jesse, Boss Hog, el comisario Rosco P. Coltrane y el mecánico Cooter). Un famoso póster de la Prima Daisy, incluso, llegó a vender más de 5 millones de unidades. Según Catherine Bach, el secreto para mantener estilizada su figura y sus piernas torneadas era simplemente hacer un régimen de ejercicio intenso, que incluía caminatas, natación y bailar durante tres horas al día.
Catherine Bach, a sus actuales 61 años, ha seguido ligada a la pantalla apareciendo en papeles secundarios en varias series de televisión, complementando esa labor con su faceta de empresaria que tiene su propia línea de ropa (basada precisamente en su personaje de Daisy Duke). Y su vida, como la de cualquier mortal, ha tenido altos y bajos. Debió sufrir, por ejemplo, el suicidio en abril del 2010 de su esposo Peter López, con quien se casó en 1990. Pero hoy, aparte de las dos hijas que tuvo de ese matrimonio (Sofía y Laura), el gran legado de Catherine Bach es, sin duda, su personaje de Daisy Duke, la icónica y sensual joven que, enfundada en unos pantalones de jeans cortísimos, arrancaba suspiros de toda la audiencia masculina que se congregaba frente al televisor para disfrutar de las aventuras de la familia Duke en el bucólico y sureño condado de Hazzard.
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