viernes, 24 de junio de 2016

El famoso escupitajo de Rijkaard a Voeller en el Mundial de Fútbol de Italia 1990. Dirigía Juan Carlos Loustau de Argentina.



Episodio Copa Mundial 1990
Ataque de la “Llama“ Rijkaard a la “tía Käthe“



Los encuentros internacionales entre Alemania y los Países Bajos siempre han sido de mucha rivalidad. En la Copa Mundial de la FIFA de 1974 los alemanes ganaron por 2:1 en una final llena de suspenso en Munich. La arrogancia de Johan Cruyff y Cía. le salió entonces por la culata. En 1988, en el Campeonato de

la UEFA, el equipo Orange consiguió con 14 años de retraso una revancha en la semifinal en Hamburgo con el 2:1. Pero los 
holandeses no eran unos ganadores deportistas. Ronald Koeman se había limpiado simbólicamente el trasero después de cambiar la camiseta alemana de Olaf Thon. El tenso ambiente aumentó 



cuando salieron elegidos la selección de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) y el equipo del país vecino en un grupo de cualificación para la Copa Mundial de la FIFA en 1990. En el partido en Rotterdam se llegó a serios disturbios entre los Hooligans de ambos países. Finalmente los holandeses fueron los vencedores del grupo, los alemanes se cualificaron con mucho trabajo para la Copa Mundial de la FIFA en Italia con un 2:1 contra Gales en el último partido.


Rudi Völler (centro a izquierda) y Frank Rijkaard (centro a derecha) – no se trataron con amabilidad ya en la semifinal de la Eurocopa de 1988. (Foto: Rauchensteiner/Augenklick)
Allí se llegaría al punto cumbre de la rivalidad. Los jugadores con el águila en la camiseta, se enfrentaron en los octavos de final a los campeones de Europa en San Siro, en el estadio de fútbol Guiseppe-Meazza de Milán. La irritación del partido ocurrió en el minuto 22. Se llegó a dar una pequeña discusión entre el guardameta holandés, Hans van Breukelen, y el delantero alemán, Rudi Völler. Se trataba de un empujón, nada más. Jürgen Klinsmann intentó conciliar a todos. El delantero jugaba entonces para el Inter de Milán y conocía bien a los actores holandeses, que estaban bajo contrato en el AC Milán. Pero resultó un intercambio de palabras con consecuencias. De repente ardían las emociones, Frank Rijkaard de AC Milán tiró a Rudi Völler del AS Roma de la oreja, le tiró de los pelos y le escupió. El árbitro argentino que estaba perdido y atónito, Juan C. Loustau, sacó la tarjeta roja a ambos jugadores. También los observadores independientes opinaban que este castigo había sido muy injusto en el caso de Völler. En el estadio, todos se quedaron asombrados.



Entonces Völler y Rijkaard tuvieron que recorrer el trayecto desde el área hasta el centro del campo para salir del estadio de fútbol. Después de unos metros, el holandés, que iba unos pasos detrás del alemán, completó el acto que agitó de nuevo los ánimos. Rijkaard escupió a Völler, una lama no lo hubiera podido hacer mejor, y el escupitajo húmedo cayó detrás en los rizos de Völler, que era llamado ”tía Käthe“ por su colega de equipo Thomas Berthold debido a su cabello ligeramente canoso. Éste había percibido el ruido al escupir del holandés y suponía lo que había ocurrido. Völler se dio la vuelta un breve momento. Lo que ocurrió más tarde en los pasillos de la cabina, cuando ya nadie podía mirar, no lo delató ninguno de los participantes muestra la expulsión del campo de Rijkaard y Völler y poco después de la tarjeta roja para el alemán el ”ataque de escupe“ del holandés.

“Hasta ahora no lo puedo entender, pues no hice nada“, aseveraba Völler años más tarde. Estaba desorientado en este mundo. Salió del césped completamente perplejo. En el partido de diez contra diez, los alemanes les enseñaron los dientes. Dicho así, con más sitio en el campo Klinsmann ofreció un rendimiento de primera categoría y mostró que podía llegar a ser algo inusitado como delantero rápido. Fue él también quien metió el gol de ventaja en el minuto 51. Fue un juego increíblemente intensivo y emocionante. Andreas Brehme redimió a los alemanes en el minuto 86 de la enorme tensión con un bonito disparo al 2:0. Poco antes del pitido final Ronald Koeman metió de penalti el 2:1. Así fue como Alemania pasó a los cuartos de final, en el que Karl-Heinz Riedle sustituyó al suspendido Völler. La Asociación Internacional de Fútbol (FIFA) había rechazado una petición de la DFB de abstenerse de suspender a Völler.



Después Völler perteneció naturalmente al equipo de Franz Beckenbauer en el camino hacia el título.



“He jugado muchas veces contra Holanda, pero este partido tan ominoso me acompañará hasta la tumba. Todavía hoy se me pregunta en todo el mundo sobre ello“, así se acordaba Völler más tarde de este  memorable ”domingo negro“ en ”San Siro“. A Rijkaard la FIFA le suspendió con tres partidos por este acto. Seis años más tarde todavía reinaba un frío invernal en las relaciones entre los dos jugadores mundiales y posteriores profesores de fútbol, antes de que a iniciativa de un patrocinador se pusiera en escena una gran reconciliación. Vestidos en una bata de baño de color amarillo huevo, el “holandés de Surinam“ Rijkaard y Völler de Hessen se daban la mano desayunando, bromeaban sobre el suceso en Milán y hacían como si no hubiera pasado nada antes del partido internacional Países Bajos-Alemania en 1996 en Rotterdam. La rivalidad alemana-holandesa se zanjó en el año 2000. Las Federaciones nacionales de fútbol trabajan de forma intensa en relajar la situación.



En un partido amistoso, Lothar Matthäus, uno de los participantes en los octavos de final de 1990, se convirtió en titular del récord mundial por su 144 partido internacional para Alemania. Hubo flores y aplausos en Amsterdam – y eso aunque Matthäus en el año 1993 en la fiesta de octubre de Munich había ofendido a un holandés en relación con el nacionalsocialismo.



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